Con un total de 398 especies pertenecientes a 86 géneros, loros, guacamayos, cacatúas, papagayos, periquitos y cotorras siempre han generado una especial atracción para el ser humano por su belleza y su inteligencia. Sin embargo, su estado de conservación ha hecho saltar las alarmas.
Un reciente estudio, que cuenta con la participación de BirdLife International, revela que los loros en su conjunto son uno de los grupos de aves más amenazados del mundo: un 28% de las especies existentes –111 de 398– se encuentran en una situación preocupante y más de la mitad experimenta declives poblacionales.
El trabajo, publicado en la revista Biodiversity Conservation, ha repasado el estado de conservación de este grupo de aves de acuerdo con los criterios de la lista roja mundial de la Unión para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Según sus autores, el estado de conservación de estas especies sitúan al grupo entre los más amenazados del planeta, rivalizando con otro en grave peligro, las aves marinas, y por delante de las rapaces.
La investigación hace especial hincapié en la amenaza de tres tipos de loros: aquellos con una pequeña distribución histórica (por ejemplo, los que habitan en islas); los de mayor tamaño –más longevos pero con pocas crías y que alcanzan la madurez sexual más tarde– y los que habitan en zonas boscosas que están siendo deforestadas.
“Los loros en alguna de estas circunstancias se encuentran especialmente amenazados. Por ejemplo, las aves de gran tamaño no suelen formar poblaciones grandes, lo cual les expone más a la caza furtiva. Los loros que viven en bosques suelen anidar en cavidades de árboles, por lo que son de los primeros en sufrir el impacto de la deforestación”, comenta Jorge Fernández Orueta, del Área Internacional de SEO/BirdLife.
Comercio ilegal, principal amenaza
Su exposición al comercio ilegal internacional, lo que multiplica sus capturas, y la destrucción de sus hábitats, fundamentalmente en áreas tropicales y subtropicales, son las principales causas del declive de los loros, según refrenda el estudio. Como apunta el experto de SEO/BirdLife, “los loros son apreciados por su capacidad de imitar la voz humana y cuanto más colorida y rara es una especie más codiciada es su posesión, por lo que podríamos decir que son víctimas de su belleza y de su inteligencia”.
Stuart Butchart, director científico de BirdLife International añade: “Este estudio confirma que, en su conjunto, los loros afrontan uno de los mayores índices de extinción. En realidad, el 56% de todas las especies se hallan en algún nivel de declive. Afrontan un amplio abanico de amenazas, pero la pérdida y degradación del hábitat forestal, la expansión agrícola, la caza y el trampeo –los loros son el grupo de aves más común en el comercio de fauna silvestre– son sus mayores peligros. Sin embargo, con este estudio, hemos pretendido identificar las prioridades de conservación para estas atractivas e inteligentes aves y ofrecer una manera de evitar la extinción de otras especies”.
La investigación revela los 10 países que requieren una mayor protección para los loros: Indonesia, Brasil, Australia, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú, Papúa Nueva Guinea, Venezuela y México. Además, propone líneas de acción por regiones. Así, en América del Sur y Centroamérica, el acento debe ponerse en la protección in situ y la gestión de hábitats. En el caso de África, resulta prioritaria una mejora de la legislación y conservación. Para el sureste asiático y Oceanía, la investigación plantea la necesidad de mayor concienciación y protección del hábitat.
Según las conclusiones de los autores, la gravedad del riesgo de extinción –que aumenta en muchos casos de Vulnerable a Críticamente Amenazada– está también directamente relacionada con el Producto Interior Bruto (PIB) de los países donde habita. De esta manera, en aquellos países con economías en expansión y con un desarrollo urbanístico emergente, se observa un incremento de la presión sobre los hábitats de los loros.
Tampoco hay que perder de vista que estas especies nunca deben ser puestas en libertad fuera de su área de distribución: “Algunas de las especies no amenazadas, como la cotorra argentina, pueden llegar a ser invasoras. Se ha demostrado que las aves criadas en cautividad, tienen un potencial invasor mucho menor", matiza Fernández-Orueta.
Comercio ilegal en España
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