Sombras fantasmagoricas.

Cabalga solitario el pueblerino dejando atrás el polvo y sus vivencias. Penetra el monte paso a paso mientras sueña con llegar a su viejo rancho.
Extraña su catre y el rescoldo caliente bajo sus pies. Su zaino cansado prolonga el tiempo que lo separa de todo lo familiar.
El camino es interminable y abraza la noche con premura,es jinete adormecido por el alcohol de su petaca. La ginebra es su única compañera de travesía.
Todo fue quedando atrás, el caserío lleno de ladridos, los ecos de cencerros y las ultimas voces conocidas.
A tres horas de marcha la oscuridad fue envolviendo su coraje y hombría. Sus ojos acostumbrados a las tinieblas dejan ver una sombra fantasmagórica que lo sigue de cerca y el tranco pausado se acelera con susto tormentoso.
Cabalga emprendiendo la fuga del miedo que no lo deja. El canto de un gallo lo recibe con las primera llamaradas del sol y su rancho es la trinchera que atestigua su mudes.
Texto escrito por Jorge Gustavo Mattje
Imagen de Jose Luis Navarro