Pitotoy grande ( Tringa melanoleuca )

Mide 29 cm. Dorsal pardo salpicado de blanco y negruzco; garganta blanca y leve ceja clara con la cabeza y la parte posterior del cuello oscuras; zona anterior del cuello claro algo jaspeado de pardo; pecho blanco; patas amarillas; pico largo, algo curvado hacia arriba, más largo que el total de la cabeza.
Solitario, algunas veces en grupos pequeños, asociado con otros chorlos. Al caminar mueve la cabeza rítmicamente; anda en el agua por las costas sin meterse a mayor profundidad que el largo de sus patas. Sus migraciones anuales son prolongadas hacia el sur del continente.
Su habitad son  Costas con barro, como bañados, lagunas, ríos, también playas marinas y campos inundados.
Se alimenta de renacuajos, insectos acuáticos y crustáceos son algunas de las presas que captura en las orillas.
En época reproductiva se encuentra en el Ártico de América del Norte. En la época de reposo migra al sur volando sobre todo el continente americano y llega a Argentina, hasta Tierra del Fuego.

Imaginese lo que sería pasar dos meses del verano septentrional en la tundra ártica, donde el Sol no se pone prácticamente nunca. Luego, al acercarse el invierno, dirigirse a Sudamérica. Y durante el resto del año, seguir viajando, recorriendo las costas de todos los continentes en busca de sus manjares favoritos. Pues bien, este es el estilo de vida típico del Pitotoy grande.
Recorre alrededor de 10.000 km. En cada uno de sus viajes, nidifican en la tundra ártica, por el círculo polar (norte de Canadá, Alaska), y vienen aquí para descansar, ya que allá en el invierno ártico, se les terminan los alimentos y se tienen que trasladar, para satisfacer sus necesidades. Llegan hasta Tierra del Fuego y tienen diferentes rutas migratorias. Hay una ruta, que es la atlántica, que va siguiendo toda la costa, otra es una ruta central, que atraviesa América por el centro, y una tercera es la ruta pacífica que viene bordeando el pacífico.
Son aves muy estilizadas, tienen una silueta fina preparada para vuelos de grandes distancias. Son unas de las tantas aves, que se están quedando con menos espacios para alimentación, para reproducción, para descanso.
A estas aves, muchas veces se las perturba en su período de alimentación. Lo que ocurre es que todo el tiempo que utilizan para alimentarse, lo tienen que utilizar para escapar o para trasladarse de un lugar a otro. Eso se traduce en pérdida de energía, ya que cada vez que un ave levanta vuelo y bate las alas va perdiendo masa corporal. Eso significa, una dificultad importante, cuando en algún momento, le haga falta esa energía, para realizar su lugar de nidificación, que recordemos que era alrededor de 10.000 km.
Gracias Pitotoy por elegir la reserva como escala de este largo viaje migratorio.

Muchas aves migratorias llegan a su destino con una precisión impecable tras recorrer largas distancias y bajo todo tipo de condiciones climáticas. ¿Cómo lo logran? Los científicos han descubierto que esas criaturas perciben el campo magnético de la Tierra. Pero, como indica la revista Science, “las líneas del campo magnético varían de un lugar a otro y no siempre señalan el verdadero norte”. ¿Qué impide que las aves migratorias se desvíen de su rumbo? Al parecer, ajustan a diario su brújula interna de acuerdo con el punto por donde se pone el Sol. Pero como dicho punto cambia según la latitud y la estación del año, los investigadores creen que seguramente las aves compensan tales cambios con un “reloj biológico que les indica el momento del año en que se hallan”, añade la revista.