Cola de caballo ( Equisetum arvense L )

Planta rizomatosa de hasta l m de alto o más, con tallos ásperos, estriados, de ramificación verticilada. Suele ser abundante en sitios húmedos próximos al río Dulce, en especial en años lluviosos.
La Cola de Caballo es un diurético potente, por lo que es recomendable en casos de retención de líquidos e infecciones urinarias. Además, por su alto contenido en sales, es remineralizante.

En cuanto a las propiedades medicinales de la Cola de caballo, contribuye al mantenimiento del colágeno, aumenta la elasticidad de los tejidos como las defensas del organismo. Es astringente, antidiarréica, depurativa y cicatrizante.
Es una de las plantas más diuréticas y remineralizantes por sus grandes cantidades de potasio y flavonoides. Está indicada en casos de anemia, astenia, consolidación de fracturas, convalecencia, dismenorrea, epistaxis (hemorragia nasal), hematuria, metrorragia, osteoporosis y reumatismo.
Como muchas otras plantas está contraindicado su uso en período de embarazo y lactancia, gastritis y úlcera gastroduodenal. También deben tener precaución aquellos que sufren cardiopatías e hipertensión ante una posible descompensación tensional.
Además es de uso externo, para casos de heridas, úlceras varicosas, estrías de la piel, para combatir la flaccidez, brindar elasticidad a la piel. Incluso se utiliza para realizar baños de asiento en casos de inflamación de la pelvis.
Su modo de utilización puede variar, desde infusiones, en jugo, utilizando la planta fresca, en extracto seco, fluido, etc.
Lo que va a diferenciar su forma de utilizara será la indicación por la que la consumamos, teniendo en cuenta la gran variedad de acciones terapéuticas.
Cada vez son más las formas en la que se utiliza, es una hierba que se ha adoptado en todo el mundo.
Esta hierba, cuya denominación de equiseto hace alusión a su semejanza con las crines equinas, es uno de los vegetales que tiene más utilidades y tradición entre las plantas medicinales: ya en la antigua Grecia se conocía su capacidad de sanar y cicatrizar las heridas y Galeno, uno de los padres de la medicina, la empleaba hervida para curar los tendones doloridos.